Conviértete y cree en el evangelio.


El miércoles de ceniza marca, para nosotros, el comienzo de la cuaresma. 


Un tiempo de conversión, de camino. Tiempo de reorientar nuestros pasos, renovar nuestra mirada. Tiempo para ajustar el paso, tiempo de despertar el corazón, tiempo de quitar lo que no nos deja ser libres para Amar a Dios y al prójimo.  Tiempo de realizar algún gesto sencillo que nos recuerde lo que queremos vivir. Tiempo de preparación para la pascua. Una ocasión para tomar aliento, adentrarse en el desierto –aun en medio de la vida- y revisar lo que uno está haciendo.

Estamos llamados en este tiempo de Cuaresma a parar un poco, a parar y reflexionar. A encontrarnos con Él en lo escondido, en lo profundo, desde la sencillez del día a día. Llamados a que esa espiritualidad se refleje en gestos humildes y transformadores con quienes más los necesitan.
El precio a pagar quizá sea alto: pensar en el otro, dejar nuestro egoísmo a un lado, nuestra comodidad y movernos por los demás, alzar la voz y nuestros actos ante las injusticias presentes en nuestro entorno y en los países empobrecidos. Pero, la recompensa es grande: estaremos contribuyendo en la construcción de un mundo mejor, solidario y humano. ¿Te animas?






1 comentarios:

  1. Unknown dijo...

    EXCELENTE REFLEXION PARA ESTE TIEMPO TAN IMPORTANTE PARA NOSOTROS LOS CATOLICOS, ¡ SIGAMOS LOS PASOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

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